Alimentación Complementaria
junio 19 2020 por Majo Cabrera
La ingesta adecuada de leche humana o fórmula comercial cumple los requisitos nutricionales para los lactantes en los primeros seis meses de vida. Al final del primer año, la mayoría de los bebés sanos obtienen aproximadamente la mitad de sus necesidades energéticas de alimentos complementarios. El inicio de la alimentación complementaria suele ser una experiencia emocionante y esperada para las madres sin embargo surgen dudas al momento de iniciarla como ¿Cuándo? ¿Con qué? ¿Cuanto? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Con quién?, ninguna pregunta es más importante que otra y la alteración en alguna de estas puede traer dificultades en alimentación a corto, mediano o largo plazo. La mayor parte de la literatura sugiere introducir alimentos complementarios entre los cuatro y seis meses de edad el pediatra tendrá que realizar una evaluación del neurodesarrollo y asegurarse que el bebé pueda sentarse con apoyo y tenga control de la cabeza y el cuello, para determinar el momento idóneo del inicio.
Hay que iniciar con alimentos de los diferente grupos como son: proteínas, frutas, verduras, cereales y grasas buenas, sin dar importancia al orden, los alimentos complementarios deben usarse en combinación con leche humana o fórmula para bebés para proporcionar la gama completa de nutrientes necesarios para el crecimiento, desarrollo y salud del bebé, debemos garantizar cubrir nutrimentos críticos que nos proporcionen, energía, hierro, zinc, vitamina A y Calcio.
Actualmente existen diferentes métodos para iniciar la alimentación complementaria, el método tradicional de papillas, BLW y BLISS los cuales tienen ventajas y desventajas, es necesario reconocer la evidencia científica que existe sobre los diferentes enfoques y transmitirle a las madres los fundamentos de los mismos, así como identificar beneficios, riesgos y limitantes. La complejidad y la textura de los alimentos complementarios deben avanzar en paralelo con el desarrollo de las habilidades de alimentación de nuestro bebé. Se pueden ofrecer alimentos combinados después de que el bebé tolera los componentes individuales. La textura de los alimentos avanza inicialmente de purés finos a gruesos. Aproximadamente a los 8 meses de edad, los bebés generalmente pueden masticar y tragar alimentos más sólidos (p. Ej., pasta cocida, verduras). Entre los 8 y 10 meses de edad, los bebés generalmente pueden comenzar a comer bocadillos. Entre los 9 y 12 meses de edad la mayoría de los bebés pueden alimentarse solos pero requieren una combinación de alimentación dependiente e independiente para satisfacer las necesidades de energía y nutrientes. Los pediatras debemos fomentar una crianza responsiva en la alimentación y enseñarles a los padres a preparar un ambiente ideal para la misma, a reconocer las diversas señales de saciedad del niño, saber cómo responder a señales de gusto o desagrado e identificar riesgos al momento de la alimentación.
Dra. Selene Sánchez López
Especialidad de Pediatra
Subespecialidad en Neonatología
Hospital Ángeles, torre II de especialidades, piso 7, consultorio 3725
Citas: (222)2252864